CARTA ABIERTA AL PORTAVOZ DE JUECES PARA LA DEMOCRACIA, ITMO. SR. DON JOAQUIM BOSCH Y AL CATEDRÁTICO DON IGNACIO VILLAVERDE
“No es lo mismo ser atendido por un abogado de oficio que por uno que cobra 500 euros a la hora”, afirma, al parecer, el catedrático Ignacio Villaverde en un artículo publicado en el diario digital www.informacion.es “Un imputado con mucho dinero para pagar un buen abogado puede salir mejor parado del proceso que otro que no cuenta con medios….. contar con un buen letrado es importante. Aunque en la teoría existe la igualdad formal, en la práctica se dan situaciones desiguales derivadas de los recursos con los que cuentan las personas”, afirma, al parecer, el Magistrado Joaquim Bosch en ese mismo artículo y diario…
El primero alude expresamente a los abogados de oficio, comparándolos de forma negativa y peyorativa con los abogados de libre elección, para apuntalar su tesis, según la cual el derecho a la tutela judicial efectiva en condiciones de igualdad sería solo una quimera.
El segundo, no alude expresamente a los profesionales de oficio, pero sí habla de “buen abogado” en contraposición con aquellos otros profesionales que, al estar peor pagados, supuestamente desarrollarían una labor de defensa de peor calidad que no garantizaría el principio de igualdad. ¿Está pensando también el Sr. Magistrado, actual portavoz de la Asociación Jueces para la Democracia, en los abogados de oficio?
¿Está de acuerdo dicha Asociación en lo manifestado por su actual portavoz? Frente a estas afirmaciones, nos preguntamos: ¿Tienen peor calidad las sentencias que dictaron los magistrados durante los pasados años de congelación salarial que las actuales? ¿Tienen peor calidad las sentencias que dictan los jueces de instancia que las que pronuncian los magistrados de sala, dado que las retribuciones de éstos últimos son superiores? ¿Cura mejor a los enfermos un médico de pago que uno de la seguridad social? ¿O el criterio económico solo es aplicable a los abogados?
Sr. Bosch y Sr. Villaverde: somos precisamente los abogados de oficio, disponibles y en guardia todas las horas de todos los días del año, quienes con nuestra profesionalidad, vocación de servicio, especialización y formación continua garantizamos el principio de igualdad ante la ley de todos los ciudadanos con independencia de que tengan o no medios para costearse un profesional de libre elección. Les recordamos también que nuestros despachos están abiertos para todos los ciudadanos, tengan medios o no los tengan, y que por tanto, nuestros defendidos son unas veces justiciables sin recursos y otras veces ciudadanos mas o menos pudientes. Nos limitamos a poner nuestros medios personales y humanos, nuestra ciencia jurídica, a disposición de unos y otros. Cuando ejercitamos nuestra labor de defensa, no distinguimos ni discriminamos ni regateamos horas de trabajo en función de su origen o procedencia, del mismo modo, queremos pensar, que un magistrado tampoco hace esa distinción, ni regatea esfuerzos y dedicación porque su salario permanezca congelado.
Don Joaquím, Don Ignacio … les recordamos que a los abogados de oficio las leyes nos exigen un especial celo y dedicación, así como una especialización y formación continua, y que los Colegios profesionales velan porque ese rigor normativo se cumpla, con rigurosas exigencias tanto para el acceso al Turno de Oficio, como para su permanencia en el mismo, pues no en vano existen en todos los Colegios Departamentos de Deontología y Normas Reguladoras del Turno de Oficio que elevan los niveles de exigencia y celo profesional incluso por encima de los que se exigen a los letrados de libre elección, sin olvidar, como ya se ha dicho, que todo letrado de oficio es también, por la cuenta que le trae, letrado particular. Y sin olvidar tampoco la experiencia del letrado de oficio, acostumbrado a lidiar cotidianamente con multitud de asuntos de toda índole.
Es precisamente por eso, que los abogados de oficio llevamos años reivindicando que se nos aplique el principio de justo equilibrio de las contraprestaciones, que se retribuya nuestro esfuerzo de forma digna, adecuada y proporcionada al servicio de calidad que prestamos, y es precisamente por eso por lo que, a ustedes dos, les exigimos RESPETO.
Sin otro particular,
LA JUNTA DIRECTIVA