Carta enviada al director de El Mundo

17 Ene Carta enviada al director de El Mundo

A la atención del Sr. Director del periódico El Mundo

            Muy Sr. mio:

            Con estupor, y con cierto esfuerzo, he leído hasta el final el artículo de opinión publicado el 15.1.2017 en www.elmundo.es, “El Mundo papel”, sección “firmas”, titulado “El peor oficio del mundo” y firmado por Don Hernán Casciari. (http://www.elmundo.es/papel/firmas/2017/01/15/5878c3d8468aeb226a8b4611.html)

            Me pregunto si el Sr. Casciari, cuando tal vez tenga que responder ante un Tribunal por sus nauseabundas palabras, que a mi si que me dan verdadero asco, preferirá ser juzgado y acaso condenado sin una defensa técnica por parte de un profesional de la abogacía, dejando al libre arbitrio del juzgador si su conducta es culpable o inocente. Porque eso parece ser lo que el Sr. Casciari pretende y sostiene: un mundo sin abogados.

            Quiero explicarle al Sr. Casciari que los abogados no mienten ni cobran por mentir, sino que sostienen la versión de su cliente mediante el uso de la técnica jurídica, intentando que prospere esa versión frente a la contraria, eso es todo… y habida cuenta de que en el siglo XXI ha desaparecido la esclavitud y está en desuso el trueque, naturalmente cobran una contraprestación pecuniaria a cambio de sus servicios, sin que eso tenga nada que ver con un “soborno”, como sorprendentemente afirma usted en su desacertado y desafinado artículo de “opinión”.

            El abogado, Sr. Casciari, no es “un tipo que dice quién tiene razón”…creo que se ha confundido usted con la figura del Juez, lo que revela su escaso conocimiento de la materia que se ha permitido tratar. La abogacía, Sr. Casciari, no es un ”oficio ruin” ni pretende “salvar a la gente ruin”; la abogacía es una noble profesión que pretende, simplemente, que nadie pueda ser condenado sin haber sido oído, y oído por medio de un profesional que garantice que sus derechos procesales y de fondo, los de toda persona, sea cual sea su condición, y disponga o no de medios económicos (para eso están los abogados de oficio), son respetados, y que el juicio y la decisión del juzgador sea justa y no arbitraria o infundada.

Sr. Casciari: gracias a la noble profesión de la abogacía, ha desaparecido de nuestro mundo occidental la arbitrariedad del juicio sumarísimo, y ni siquiera las personas que opinan como usted, quedarán indefensas frente a quien les juzga o frente a quien les acusa.

Sr. Director de El Mundo: una cosa es opinar, y otra injuriar y calumniar gravemente a todo un colectivo de miles de personas…su colaborador ha traspasado la delgada línea roja que separa la opinión crítica y razonable del ilícito moral y tal vez penal. Me permito recordarle, ya que de abogados trata la cuestión, los conceptos jurídicos de “culpa in vigilando” o “culpa in eligendo”, y finalmente me pregunto si a un periódico tan prestigioso como el suyo le compensa tener entre su plantilla a colaboradores cuyas miserables expresiones no solo le descalifican y desprestigian a sí mismo, sino también al medio que le sirve de soporte.

Atentamente,

Isidro Moreno de Miguel

Presidente y Portavoz de ALTODO

(Asociación de Letrados por un Turno de Oficio Digno)